Hacía el 2014 llegué a este instituto, el IES Gaia de San Vicente del Raspeig, y en los primeros días nos instaron a recapacitar y proponer temáticas para el plan de formación del centro. En aquel momento solté unas «palabrotas» como «Flipped classroom» o «gamificación» que, a mi entender, resultaban extrañas para la mayoría del claustro.
En los siguientes años tuve la oportunidad de formarme en estos temas pero, básicamente, a distancia, con plataformas e-learning y, sobre todo, leyendo e investigando lo que han hecho otros compañeros en otros centros. Creo justo señalar la formación del Instituto Nacional de Tecnología Educativa (INTEF) y todas las propuestas de los compañeros de Gamifica tu aula.
Esto me ha permitido proponer proyectos en mis clases como Hélade o QUATREclaus.
Recapacitando sobre el modo en que he podido formarme, entiendo como prioritaria la necesidad de compartir cualquier tipo de material, recurso o proyecto que creemos para nuestras clases porque, de esta forma, nos podemos beneficiar la comunidad educativa al completo, modificarlo, mejorarlo, retomarlo… y aprender. Debemos dejar de lado el sentimiento de pertenencia, de posesión cuando se trata de este tipo de recursos, debemos ponerlo a disposición de los compañeros que nos mejorarán las ideas y nos lo devolverán mucho más eficiente y enriquecido.
Con este objetivo propuse, en 2017, que se celebrara en mi centro una jornada de intercambio de propuestas educativas, porque además conocía parte del trabajo de algunos compañeros y me parecía muy interesante. Entiendo que es injusto que todo el trabajo de estos profesores quede «triste y solo» en el aula, que no se vea, que no se comparta.
Comentamos esta idea a algunos profesores, tanto del centro como compañeros que estuvieron con nosotros el curso anterior y luego estaban en otros institutos de la provincia, y la respuesta fue fantástica. La previsión de las ponencias se desbordó.
Hay que señalar que las fechas de final de curso son muy estresantes para profesores y tutores, hay mucha burocracia que rellenar, hay muchas evaluaciones, exámenes, reuniones… y, aún así, los compañeros acogieron con un entusiamo conmovedor todas y cada una de las exposiciones de los ponentes.
Tenemos muchas cosas que mejorar en la organización. Mi idea era copiar parte de la filosofía del (fabuloso) Innobar (pero en modesto; y en el instituto). Colocamos las mesas de los oyentes como si se tratase de una clase cooperativa, «equipamos» las mesas con bebida y un pequeño piscolabis, y dejamos formato libre para los ponentes. Todos ellos se excedieron del tiempo inicial previsto, pero ninguna de estas ponencias se hizo larga, todos y todas nos explicaron temas interesantísimos, aunque no se pudo profundizar demasiado y nos quedamos con unas pinceladas de cada tema.
La primera conclusión, evidente, es que gustó. Gustó a unos y a otros. Nos quedamos con ganas de más. Las propuestas fueron convertir esta jornada en formación en el centro, con una mayor duración pero la mayor satisfacción es que tuvimos una respuesta bestial de ponentes y oyentes, que escuchamos propuestas muy interesantes de ideas que se están aplicando en estas mismas aulas, al lado de las nuestras (y muchos ni lo conocíamos), y que la gente se mueve. Hay inquietud, hay ganas de hacer las cosas de otra forma. Hay deseo de hacerlo mejor. ¡Y no lo sabíamos!
Quizás la pretensión inicial no era tan ambiciosa, pero somos muchos los profesores que tenemos previsto incluir en nuestra práctica docente más de dos y más de tres de las ideas que escuchamos en esta jornada.
En estas ponencias escuchamos proyectos que se están llevando a cabo como los debates en las clases, el aprendizaje cooperativo o las lecturas dialógicas científicas; ideas como técnicas de relajación o el trabajo de inclusión de los alumnos del aula de educación especial; recapacitar sobre el papel de la educación y la evaluación/calificación, aspectos más técnicos como diferentes formas de uso de vídeos para la práctica docente, o el uso de diferentes aplicaciones para la práctica docente como ClassDojo, EDpuzzle o Plickers, así como una introducción a la plataforma de Google Classroom que tenemos previsto probar el próximo curso en el centro.
Al final, un abanico suficientemente extenso e interesante como para dedicar muchas otras sesiones. Pero esta era la primera, y la acogida ha sido estupenda. Esto nos dio fuerzas para programar otras y buscar la mejor forma de organizarlo, de convertir algunas de ellas en otro tipo de formación y buscar cierta coordinación para los profesores que decidan «salir de su zona de confort» y probar estas cosas nuevas en los mismos grupos.
Solo pude concluir afirmando que «este claustro se mueve», ya no solo no sonaban extrañas las palabras como «flipped classroom» o «gamificación», también se han añadido al vocabulario habitual otras como «cooperación», «neuropedagogía», «proyectos», «educar con corazón» y tantas otras que quizás todavía no sabemos y esperamos que nos lo contaran en las próximas jornadas.
Y llegamos a la tercera edición en 2019, con un compendio de ponencias internas del propio IES Gaia y externas con amigos/as de otros centros que nos trajeron sus propuestas para compartir.
A partir de esta edición se interesaron desde el CEFIRE de Alicante en estas ideas y nos propusieron organizarlas de forma conjunta. Pero entonces llegó la pandemia y el confinamiento y esta fue una de tantas propuestas que quedaron aplazadas.
Para este curso 2021-22 hemos retomado esas conversaciones con el CEFIRE y estamos dispuestos a presentar una propuesta atractiva no solamente para la comunidad del IES Gaia sino, seguramente, para toda la población de Sant Vicent.
Aquí están los enlaces a las webs de las anteriores jornadas: